Vacuna era una antigua diosa sabina, identificada por fuentes romanas antiguas y estudiosos posteriores con otras muchas diosas, como Ceres, Diana, Nike, Minerva, Belona, Venus o Victoria.
La protección a la que se la invocaba sigue sin estar clara.
Autores renacentistas[1] y Leonhard Schmitz[2] afirman que era una divinidad a la que los campesinos ofrecían sacrificios cuando terminaban las labores del campo, es decir, cuando estaban ociosos, vacui.
La etimología de su nombre está vinculada a la carencia y la privación, y Horacio parece invocarla en favor de un amigo al que se dirige una de sus epístolas.
A partir de ahí, se ha conjeturado que se la oraba en favor de personas ausentes, familiares o amigos.