Tras unos breves años siendo educado en casa, fue a estudiar al Seminario Teológico de Vorónezh.
Al término de dicha labor, se instaló en Kiev, como asesor universitario.
A esta obra siguieron su Kiyev s drevneyshim yego uchilishchem Akademiyeyu (Kiev con su Academia más antigua, 1856)[2] y su obra cumbre, Istoriya Kiyevskoy dukhovnoy akademii, po preobrazovanii yeye, v 1819 godu (Historia de la Academia Teológica de Kiev, en su transformación, desde 1819; 1863).
[3] En 1857, se trasladó a San Petersburgo, lanzando en julio del año siguiente el semanal Domashney Besedy (Conversaciones en el hogar), el cual editó durante veinte años.
[1] Ensalzando los valores espirituales de la civilización ortodoxa rusa, escribió un artículo contra Aleksandr Pushkin, titulado «¡Dejadnos tener nuestra propia opinión!».
[4] También publicó una novela, El Asmodeo de nuestro tiempo (Asmodey nashego vremeni, 1858), un apasionado peán a la ortodoxia.
[8] De poco talento para la ficción artística, fue un publicista por vocación, adquiriendo notoriedad en el campo periodístico gracias a sus fervorosos ataques, más que por su ingenio y sabiduría.
La publicación de su Dnevnik (Diario), en 1882, muestra que su oscurantismo se explica por sus fracasos personales.