A los 16 años se inició periodísticamente en el diario El Mundo.
Víctor Sueiro trabajó desde siempre en los medios de comunicación y también incursionó en el cine y en el teatro como guionista y adaptador, pero por sobre todo a partir de una experiencia límite se convirtió en uno de los escritores más leídos en Argentina.
Afortunadamente no se dañó ninguno de sus órganos vitales.
En 2003 volvió a la televisión, después de trece años de ausencia, como productor general y conductor de Misterios y milagros, que tuvo un éxito impensado y se repitió al año siguiente.
Un día un periodista le preguntó si de verdad no le tenía nada de miedo a la muerte y sin titubear contestó: