Y, en febrero de 1991, Alberto Fujimori nombró a su cuñado Aritomi como su embajador en Tokio.
No había funcionario que tuviera conocimiento ni informe oficial a la cancillería sobre los montos y donantes.
Aritomi era el único que llevaba un registro personal y secreto de las donaciones.
A los movimientos bancarias durante su gerencia pertenecía una transferencia de 25 millones de yenes equivalentes a 250 mil dólares.
Fujimori pasó con Aritomi por un lapso de 9 h donde los abogados de Haridass Ho & Partners - Singapore y Josph Hoo Morris les aconsejaban.