Víctor Apaza Quispe
Fue el único ejecutado a pena capital en el Perú por feminicidio, y también último por un delito común, ya que días después de su ejecución, el presidente Juan Velasco Alvarado dispuso la abolición de la pena de muerte para delitos comunes, siendo únicamente los delitos contra fuerzas del orden y traición a la patria castigables con la pena.Regresó corriendo, sacó a la mujer de la casa y la mató con una piedra.Dos días después denunció la desaparición de Agustina, alegando que "seguramente se había ido con otro hombre".Apaza cogió la mano que agarraba la piedra y la golpeó a ella.Agustina perdió el equilibrio y al caer su cabeza sobre la vía del tren, falleció.