Siendo pintor, le regala a Acevedo un lienzo, como recuerdo de un futuro amigo.
Después de la charla, alguien recibe ayuda para vaciar la casa hasta que no queda nada dentro.
[11] Describiendo viajes al futuro, refiere en sus ensayos a escritores como Herbert George Wells y Samuel Taylor Coleridge: El primero trae del porvenir una flor marchita, el segundo despierta con una flor en la mano proveniente del paraíso.
Como sucede a menudo en Borges, la fisionomía y los datos biográficos del viajero coinciden en parte con los suyos.
Los hechos son interpretados como meros puntos de partida para la invención y el razonamiento.
De forma consecuente describe Borges a los inmortales en el cuento homónimo: "juzgando que toda empresa es vana, determinaron vivir en el pensamiento, en la pura especulación.
Borges no aclara, quién es el hombre cansado del título, el autor, el narrador o el personaje visitado.