Suprimidas durante el periodo napoleónico, fueron restauradas por obra de María Magdalena Barioli en 1842.
Esta congregación se difundió rápidamente por Italia y se caracterizaba porque sus miembros no hacían votos religiosos y no estaban obligadas a la vida común.
[3] Las Ursulinas de Milán, como casi todas las ramas de Ursulinas en Italia, fueron suprimidas, primero por las leyes del emperador José II del Sacro Imperio Romano Germánico, en 1783, y luego por Napoleón en 1810.
Actualmente este cargo lo desempeña la religiosa italiana Paola Paganoni.
[8] En 2017 el instituto contaba con 120 religiosas, distribuidas en 19 casas,[2] presentes en Italia y Brasil.