[1] Publicada en la Imprenta Chilena, Santiago, en 1918, está protagonizada por Luis Bernales, personaje "con un rico mundo interior pero abúlico y tímido", "hombre sin voluntad que va rodando abajo sin esperanza de redención".
[2] El argentino Manuel Gálvez, en su prólogo a la edición española de Espasa-Calpe en 1926 opinaba que la novela era "la mejor producida por un hispanoamericano".
Yo lo acepto como un elogio: tal creencia me dice que la ficción convence".
Por muy atractivas y sugerentes que sean esas pinturas, lo fundamental de la novela no reside allí ni en la parte anedóctica.
Su valor trasciende y su permanencia vital estriba en la disección del espíritu abúlico, tímido e hiperestético de Lucho Bernales, manifestado a través de toda la acción novelesca".