En esta labor, la abuela recibió la ayuda del maestro de educación primaria Rafael Pirela.
Dicha obra nunca fue publicada y no existen los escritos originales del guion.
[2] Igual situación ocurrió cuando estudió simultáneamente con la medicina, Ciencias Políticas, ya que, según sus palabras, había estudiado para aprender y no para ejercer, prefiriendo ser "docto" (ilustrado) y no doctor.
Una de sus poesías, que demuestra su vinculación a su lar nativo fue titulada Mia.
También destacó al realizar traducciones libres inspiradas en poemas de Paul Verlaine y Oscar Wilde.
Además de sus inclinaciones a la poesía y el drama, mientras estaba estudiando, en 1893 colabora en la publicación El Centinela (1893), junto con su coterráneo Marcial Hernández.
También colaboró en otros medios regionales y en la, entonces, reconocida publicación caraqueña El Cojo Ilustrado.