Mustela putorius

El turón fue domesticado en tiempos antiguos con el fin de cazar conejos para el hombre, dando como resultado al hurón (M. p. furo).

Mientras que los machos pueden superar ligeramente el kilo de peso, las hembras alcanzan solo entre 650 y 850 gr.

Un par de bandas blancas rodean los ojos, aislando un característico antifaz oscuro en torno a ellos.

El turón puede vivir casi en cualquier lugar que le procure un escondrijo desde donde acechar a sus presas, incluyendo bosques, zonas de maleza, praderas, terrenos rocosos y riberas de ríos.

La distribución de esta especie en la península ibérica es muy amplia, aunque en los últimos años se ha visto expulsado de algunas zonas debido a la desertización y los incendios forestales.

Su bajo perfil y versatilidad le permite cazar en cualquier sitio, incluso bajo el agua.

Localiza sus presas con facilidad gracias a su fino oído, vista aguda y sobre todo por el olfato.

El poco pelo que tienen es completamente grisáceo y no empieza a diferenciarse hasta las tres semanas de edad.

Ilustración de 1927, de Gustav Mützel para la obra de A. E. Brehm .
Huellas de turón.