Rosario, con el servicio municipalizado, tiene un plus frente a Córdoba y a Mendoza, pues en la zona se desarrolló tecnología para el transporte eléctrico: el proyecto Electrobús (1982) ―vehículo propulsado a baterías― y luego el Prototipo de Trolebús (1988) construido en Rosario por dos industrias desaparecidas: la empresa carrocera Cametal y la empresa eléctrica Cramaco.
Eran diez unidades alemanas MAN que atendían a la primera línea G. Esta unía la plaza Sarmiento con la intersección de avenida San Martín y Saavedra, lugar en el que existía una miniterminal para hacer combinaciones hacia la zona sur.
Así entonces quedarían las líneas M, H y K funcionando con 45 unidades en total.
Causaron gran impresión por su tamaño y capacidad interior además de poseer suspensión neumática.
A poco de ser puestos en servicios la puerta del medio fue clausurada.
Prestaron servicio durante solo cuatro años, ya que fueron muy mal mantenidos, y en 1984 fueron desguazados.
Los vehículos propuestos son los que circulan en la actualidad, chasis Volvo carrozados por la brasileña Marcopolo y con equipo Powertronics.
La prestataria debía incorporar 20 unidades, renovar las subestaciones alimentadoras y poner en condiciones la red aérea.
Estos vehículos si bien eran 0 km fueron fabricados en Brasil en 1987 para un sistema de trolebuses de Belo Horizonte, algo que no se llevó a cabo y los coches quedaron guardados hasta este momento.
Al igual que la línea K, es operada por MOVI, conectando la zona sur y centro de la ciudad.
Los anteriores coches fueron modificados, en el 2011, preservando el color naranja y gris, con excepción del interno 08 que continúa con su apariencia original desde su adquisición y fue declarado como patrimonio histórico de la ciudad de Rosario.
Vale aclarar, que la supresión de papel no alteran los beneficios vigentes relacionados con franquicias, pases libres, trasbordos o viajes plus.