Trofeo (tauromaquia)

Una vez entregado los trofeos el torero debe dar una vuelta al ruedo: los espectadores los más entusiastas le tiran ramos de flores, su sombrero, su fular, etc.

Si la prestación del torero ha sido poco apreciada, puede recibir una bronca: los espectadores descontentos gritan, silban.

[1]​ A veces la reacción es peor para el matador que la más fuerte de los broncas: el silencio.

Si el toro ha sido excepcionalmente bueno, el presidente podrá concederle a lucido también una vuelta al ruedo presentando un pañuelo azul.

Tal vez la recompensa suprema sea el ser autorizado a salir por la puerta grande.

Enrique Ponce que presenta al público dos orejas recibidas en trofeo
Padilla con el rabo, después de su faena en la feria de Arcos de la Frontera en Andalucía el 1 de octubre de 2006
Salida de dos toreros 'a hombros'