Algunas corrientes cristianas que han interpretado los pasajes del Apocalipsis como profecías han concluido que en la Gran Tribulación pasarán los siguientes eventos:[1][2][3] Esta sería la batalla de Gog y Magog mil años después de la gran tribulación: La batalla de Armagedón (Ap.
19:11-21) se apoya en un texto bíblico en el que Jesús le habla a la Cristiandad :
Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo.
En diciembre de ese año hizo erigir una altar a Zeus en el Templo de Jerusalén, lo que fue considerado por los judíos como "shiqus shomem": la "abominación desoladora".
[7] Jesucristo, al hacer estos anuncios, hablaba en primer lugar de la cercana destrucción del Templo de Jerusalén (Mateo 24:1-2), pero además sus discípulos le preguntaron, no sólo cuándo sucedería eso, sino además cuál sería la señal del fin del mundo (Mateo 24:3).
[6] La visión preterista concibe al Apocalipsis no como un libro profético (como lo fue en la antigüedad el libro de Daniel), sino que presenta las visiones de Juan en su tiempo, cuando la tribulación estaba siendo vivida por los precursores del cristianismo, dada la persecución y martirio al que fueron sometidos los primeros evangelizadores, como los apóstoles y los demás discípulos: "Yo contesté: «Señor, tú lo sabes.» El Anciano me replicó: «Esos son los que vienen de la gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero."