Los ordenadores hasta esta época funcionan con base en programas guardados en la memoria: no tienen inteligencia propia.
También está relacionado, aunque no es idéntico, con el cognitivismo en psicología y el funcionalismo en filosofía.
(Horst, 2011) El tratamiento de la información puede ser vertical u horizontal, centralizado o descentralizado (distribuido).
(Goldstein, citado en Sternberg, 2012) Existen varios modelos o teorías propuestas que describen cómo tratamos la información.
«Las habilidades prácticas se utilizan para implementar las ideas y persuadir a otros de su valor».
Estas secciones trabajan juntas para comprender las palabras, pero la información en la memoria mantiene el recuerdo.
Esta sección es capaz de tomar información y ponerla en la memoria a largo plazo.
Desde el nacimiento, todos ellos están presentes y pueden manejar el tratamiento simultáneo (por ejemplo, la comida: saborearla, olerla, verla).
Sin embargo, pronto desaparece y no hay forma de saber que estuvo allí.
Los cuatro estadios son: Durante la etapa sensoriomotora, los recién nacidos y los niños pequeños confían en sus sentidos para tratar la información, a la que responden con reflejos.
Además, la adolescencia se caracteriza por cambios en los ámbitos biológicos, cognitivos y sociales.
En el ámbito cognitivo, cabe destacar que la corteza prefrontal del cerebro y el sistema límbico experimentan importantes cambios.
La corteza prefrontal es la parte del cerebro que está activa en actividades cognitivas complicadas como la planificación, la generación de objetivos y estrategias, la toma de decisiones intuitivas y la metacognición (pensar sobre el pensamiento).
(McLeod, 2010) El córtex prefrontal se completa entre la adolescencia y el inicio de la edad adulta.
El sistema límbico es la parte del cerebro que modula la sensibilidad a la recompensa en función de los cambios en los neurotransmisores (por ejemplo, la dopamina) y las emociones.
En resumen, las capacidades cognitivas varían según nuestro desarrollo y etapas de la vida.