[1] El tratado resultante fue firmado en París el 10 de febrero de 1947 por representantes de la Unión Soviética, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia, Albania y Grecia, por un lado (como parte de los Aliados, vencedores en la Segunda Guerra Mundial), y Bulgaria, Hungría, Finlandia, Italia y Rumania, por el otro lado.
El tratado permitió a Italia, Rumania, Hungría, Bulgaria y Finlandia reasumir sus responsabilidades como Estados soberanos en asuntos internacionales.
El acuerdo elaborado en el tratado incluía el pago de reparaciones de guerra, el compromiso con los derechos de las minorías y ajustes territoriales como el fin del Imperio colonial italiano en África y los cambios a varias fronteras en la Europa oriental.
[2] El Tratado pretendía resolver parte de los conflictos territoriales existentes en Europa, a la vez que deshacer los cambios fronterizos introducidos por la Alemania nazi durante la guerra.
La Unión Soviética se sintió con derecho a obtener las mayores cantidades posibles, con la excepción de Bulgaria, que era percibida como la más comprensiva de los antiguos países enemigos.