[1] El tratado sueco-lituano además confirmó que no se disolvía la República de las Dos Naciones y que los ejércitos lituanos no lucharían contra los polacos, si bien el texto incluyó quejas de los lituanos por el escaso respaldo polaco.
[1] El tratado se justificaba por la agresión moscovita y la falta de ayuda militar polaca a Lituania.
[8] Los lituanos que no rubricaban el pacto tenían un período para cambiar de parecer y suscribirlo; los que finalmente no lo hiciesen, podían abandonar el Gran Ducado tras la conclusión de la paz entre Suecia y Polonia.
[8] Por último, el Gran Ducado debía ser admitido en cualquier negociación de paz que Suecia entablase con Polonia.
[9] Los más destacados firmantes eran protestantes y clientes de los Radziwiłł, si bien también lo hicieron nobles ortodoxos con estrecha relación con estos.