El Papa en cambio, viendo los acontecimientos, abandonó la Liga de Cognac e hizo las paces con Carlos.
La reconciliación formal y pública entre Clemente VII y el Emperador se llevó a cabo en el documento final firmado entre el papado y Carlos en este Tratado de Barcelona del 29 de junio de 1529.
Mediante el tratado de Barcelona el emperador reconoció el poder de los Sforza en Milán, devolvió los Estados Pontificios al Papa.
Se comprometió a procurar el restablecimiento al pontífice de Rávena y Cervia, por Venecia lo cual consiguió.
Venecia también se sumó al acuerdo, devolviendo en 1530 territorios a España como Bríndisi, Mola di Bari, Monopoli, Polignano a Mare y Trani, pagando además indemnizaciones.