[5] Mientras Alemania se preparaba para invadir Yugoslavia y Grecia en abril de 1941, las tropas alemanas llegaron a la frontera búlgara y exigieron permiso búlgaro para pasar por su territorio.
Además, Hitler enfatizaba que había ordenado a sus tropas en Bulgaria que se mantuvieran lejos de la frontera turca para evitar dar una falsa impresión de su presencia.
Los cuatro generales que lideraron la revuelta trabajaron en estrecha colaboración con la inteligencia alemana y aceptaron la ayuda militar de Alemania.
Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, las fuerzas británicas atacaron Irak.
En un intento por evitar que el suministro del mineral estratégico llegara a Alemania, tanto los Estados Unidos como el Reino Unido se lanzaron a comprar cromita turca, incluso si no la necesitaban tanto.
Como parte del "acuerdo global", los angloamericanos también compraron frutos secos y tabaco turcos.