Conectaban las comunas de La Cisterna —especialmente en el sector de la Gran Avenida José Miguel Carrera— y La Granja.
[1] Luego de la electrificación del servicio de tranvías entre Santiago y San Bernardo que corría por la antigua calle de San Diego (también conocida como «camino de la Polvareda» y actualmente Gran Avenida José Miguel Carrera) en 1907, parte de los caballos y carros de sangre de dicha línea fueron trasladados para establecer un servicio de tranvías entre La Cisterna y La Granja, que partía en la esquina de Gran Avenida y seguía por el camino de La Granja (actual avenida Américo Vespucio) hasta llegar a la municipalidad de dicha comuna, en la esquina con avenida Santa Rosa; el servicio era administrado por la misma sociedad que operaba el Ferrocarril Eléctrico de Santiago a San Bernardo.
[1] Hasta septiembre de 1911 el tranvía llegaba unos metros antes de Santa Rosa; en ese año se obtuvo el permiso necesario a los padres franciscanos para prolongar la vía sobre los terrenos que pertenecían a la iglesia que poseía la congregación en el sector, alcanzando definitivamente la municipalidad de La Granja, lugar en donde se instaló un paradero para los pasajeros.
[1][5] De forma paralela al tranvía que circulaba por el camino de La Granja, surgieron otras líneas de carros de sangre promovidas por las empresas promotoras inmobiliarias que establecían trazados hacia los terrenos donde se proyectaban urbanizaciones y nuevos barrios.
Las líneas construidas con este fin tuvieron los siguientes trazados:[6][7]