[1] Hay muchas razones para trabajar a tiempo parcial, incluyendo el deseo de hacerlo por motivos personales, el recorte de horas en el contrato laboral aplicado por las empresas, y no poder encontrar un trabajo a tiempo completo.
En ese caso sí se podría hablar de "trabajador temporal forzoso".
Sin embargo, con un empleo a tiempo parcial, el salario prácticamente siempre es menor que con un empleo a jornada completa, lo que merma los ingresos de la persona trabajadora[7] y la obliga a buscar otro empleo a tiempo parcial en el tiempo que le queda "libre" (pluriempleo), con el desgaste psicológico y los gastos que eso conlleva o, si no lo encuentra, la convierte en un trabajador pobre.
En este último caso, cuando a la parcialidad se suma la temporalidad, empeora todavía más la precariedad del trabajador.
La parcialidad indeseada se considera un fenómeno negativo porque lastra los salarios,[7] empobrece a las personas trabajadoras en esta situación y a sus familias, reduce[13] la productividad y desaprovecha el potencial de una parte de la población activa (infrautilización laboral[12] o subutilización[14] laboral).