Calímaco dice que «las Trías inspiraron al viejo cuervo».
La narración más extensa aparece en uno de los Himnos homéricos, en donde se nos narra cómo Apolo le enseñó a Hermes el arte de la profecía aunque no se las denomina como Trías.
Pero si se ven privadas del dulce manjar de los dioses, mienten entonces agitándose unas a otras.
[4] Estas palabras de Platón no pueden dejar de recordarnos a las muchachas-abejas del Himno a Hermes, que revoloteaban nutriéndose de los panales del Parnaso, y sólo cuando éstas ninfas han tomado miel entran en trance profético, mientras que cuando no se han nutrido de miel sus profecías son engañosas, lo que parece indicar que la miel tiene el poder profético.
[5] Conjeturalmente las Trías pudieran estar relacionadas con las ninfas Coricias, ninfas proféticas e hijas del río Pleísto, aunque no se haya indicado en ninguna fuente.