Si bien en un principio se interesó por la temática científica que hizo célebre a su padre, al final quedó fascinado por el arte escultórico.
Considerado un renovador de la escultura nacional, entre sus obras se pueden citar Tierra, Aire y el Monumento a Rodó.
Asimismo, en Santiago contrajo matrimonio con la alemana Ruth Ehrmann, la cual había conocido durante su estadía en Berlín y tuvieron una hija, Luz.
[2] La poetista Gabriela Mistral publicó en 1939 un comentario positivo sobre la obra de Tótila Albert, la cual elogió calificándola como «arte universal».
En 1953 fundó y dirigió su propia academia, la que funcionó en el subterráneo del Teatro Mauri.