Se hace una masa líquida plana y se fríe en la sartén en abundante aceite de oliva.
Se recomienda comer recién fritas para que estén crujientes.
Suelen llevar pequeños acompañamientos y es frecuente verlas como tapa.
No deben confundirse los camarones de Cádiz con los de otras zonas: son los más pequeños, que también se utilizan de cebo vivo para pescar.
Según Manuel Ruiz Torres, el origen de esta comida está en la mezcla de la farinata genovesa y las gachuelas españolas[1]