La torta ahogada es uno de los platillos mexicanos más típicos y representativos del estado de Jalisco, particularmente de la ciudad de Guadalajara, la capital del estado; aunque en la actualidad su popularidad se ha extendido a diferentes regiones del país, siendo más común encontrarlo en otras ciudades y poblaciones mexicanas.
[3] Las tortas ahogadas se elaboran con un pan conocido como «birote», característico de la región, cuya consistencia es más dura que el bolillo y, por tanto, más crujiente en la capa externa, menos permeable y, su interior, más firme, con un sabor ligeramente agrio debido a una fermentación más larga, lo que permite sumergirlo en distintas salsas sin perder su consistencia.
Las tortas ahogadas tradicionales recibieron ese nombre pues se sumergían en chile hasta que salieran burbujas.
[5] Con el tiempo, algunas personas han ido evolucionando la preparación del platillo, lo cual ha derivado en el uso de diferentes tipos de salsas, chiles, tamaños, e ingredientes agregados, dando con esto una diversidad y un toque personal a las tortas ahogadas, dependiendo el lugar donde se consuma.
[1][8] La torta ahogada tiene sus orígenes en Guadalajara a principios del siglo XX.