[1] Está construida principalmente por sillarejo, se encuentra reforzada con sillería en las esquinas y los vanos.
Está compuesta por cuatro cuerpos y una azotea con cornisa, que soporta una barbacana corrida rematada por almenas.
En la fachada principal asoma un gran balcón, bajo el cual se encuentra la entrada a la torre a la que se llega ascendiendo una escalinata.
Un patio central ilumina las estancias interiores, lo cual es un detalle inusual en las fortalezas cántabras.
Su presencia se asocia a una reforma llevada a cabo por los Duques del Infantado, en el siglo XVI, aplicando al castillo un estilo italianizante, propio de los palacios castellanos de la época.