Se sabe que Juan II de Castilla, en 1448, tras haber destruido Torrijo de la Cañada, Horcajo, Monubles y Villalengua, se dirigió a Ateca dispuesto a conquistarla, pero desistió, por estar el castillo artillado.
Situado a cuatro leguas de Villarroya, según Pascual Madoz,[1] se trata de una torre de planta ovalada de unos siete metros de diámetro, construida en mampostería, sobre un promontorio rocoso y que en su día llegó a alcanzar los veinte metros de altura.
Hoy en día se encuentra reconstruida y bastante alterada, presentando una altura de tan solo 15 metros.
El acceso se realizaba en altura a través de una puerta adintelada.
Se pueden apreciar restos del recinto defensivo y restos de los cimientos de otra torres de planta también circular.