Se trata en realidad de una torre con una pequeña muralla, sucesivamente reformada o reconstruida, creyéndose que la construcción original podría ser del siglo XII.
Perteneció al señorío de Rábago.
[1] Los muros son de sillarejo unidos con mortero, reforzados con sillería en los huecos y las esquinas, como es típico de estas construcciones.
La muralla también posee almenas cuadradas y un paseo de ronda, aunque bastante estrecho.
Una rehabilitación contemporánea recuperó sus almenas y le dotó de cubierta a cuatro aguas.