Fue llamada Storas (Στόρας) por Estrabón,[nota 1] quien apunta que era un lugar de anclaje en su desembocadura.
[3] Fue en las orillas de este río que se libró, en 338 a. C., la última gran batalla entre los romanos y los latinos, en la que el cónsul Cayo Menio derrotó por completo a las fuerzas combinadas de Anzio, Lanuvium, Ariccia y Velletri.
[4] En un período muy posterior, la pequeña isla y toda la costa adyacente fue ocupada por villas romanas.
Marco Tulio Cicerón alude a ellas varias veces en sus cartas y las describe como «locus amoenus et in maria ipso».
[6] Gracias a Suetonio, se sabe que Astura era el balneario ocasional tanto de Augusto como de Tiberio;[7] sin embargo, debido a su clima insalubre, ambos contrajeron enfermedades que resultaron fatales.