Los habitantes de Tomochi resentían enormemente las políticas que llevaba a cabo el gobierno de Porfirio Díaz, destinadas a limitar y eliminar cualquier autonomía en los pueblos, tanto política como económica.Los tomochitecos, que no tenían un párroco permanente en su iglesia y solo recibían visitas periódicas, pusieron una imagen de Urrea en el altar del templo.El gobierno que ya había sufrido varias revueltas en la zona y sabía de los conflictos que los habitantes de Tomochi habían causado sobre las concesiones extranjeras, resolvió actuar terminantemente contra los insurrectos, que ya para entonces estaban liderados por Cruz Chávez y envió a una partida del ejército para hacer cumplir las órdenes tanto civiles como religiosas.Al considerarlo una insurrección formal, el gobierno ordenó el ataque y muerte de los rebeldes.La novela Tomóchic (1906) de Heriberto Frías relata la experiencia del autor durante la represión a los tomochitecos.