El exitoso ataque por sorpresa de 70 soldados holandeses consiguieron introducirse en la ciudad ocultos en una embarcación y pusieron en fuga a los 600 soldados de la guarnición defensora, capturando la ciudad sin sufrir ni una baja.La operación, por la rotundidad con la que se llevó a cabo la operación, supuso un golpe para el prestigio de España en los Países Bajos; para los holandeses fue una gran victoria por el valor estratégico de la ciudad, y un argumento patriótico.En 1590 se encontraba en Francia, combatiendo a Enrique IV por orden de Felipe II.Bien fortificada, estaba rodeada por un foso defensivo alimentado por las aguas del río Mark.El rotundo éxito que supuso la captura de Breda por las tropas anglo-neerlandesas sin haber sufrido bajas fue ampliamente celebrado en las Provincias Unidas, por el valor estratégico de la ciudad y por las connotaciones patrióticas que para los neerlandeses tenía una victoria tan rotunda.Tras tomar la pequeña villa de Sevenburguen, construyó un fuerte en Terheyde y puso sitio a Noordam, intentando reducir a Breda por hambre; Matthew Held, al mando de Noordam, consiguió rechazarlo.La ciudad permanecería en manos neerlandesas hasta 1625, fecha en la que los tercios españoles de Ambrosio Spinola conseguirían recapturarla en 1625 tras un largo asedio.En 1637, Breda, después de otro asedio, volvería a manos holandesas, esta vez ya para siempre.
Los Países Bajos hacia 1590.
Medalla holandesa conmemorativa de la toma de Breda.