La porcelana es más bien gruesa y de color blanco, cuya característica son los diseños de color azul claro realizados a mano y denominados gosu (呉須, gosu?).
El modelado se realiza manualmente en forma íntegra, por lo que a nivel nacional no es de los que se produce a gran escala ni tampoco de los más conocidos.
y tras varios intentos fallidos, consiguió fabricar en el año 1777 la porcelana blanca con diseños en azul claro.
La leña necesaria para el horno abundaba en las montañas, y el agua que bajaba por las laderas permitían el funcionamiento de las norias, por lo que se utilizó intensivamente para limar las piedras de afilar.
Así, el tobe-yaki fue beneficiado por esta circunstancia, ya que se nutrió de las técnicas más avanzadas que provenían principalmente de Seto, Karatsu y Kioto, permitiendo una producción a mayor escala.
Actualmente se observan muchos artesanos que han emprendido sus propios talleres, también se destaca el incremento de las mujeres, y la expansión del Tobe-yaki como artículo de uso cotidiano.