Estaba emparentada con la deidad Tezcatlipoca y se confunde comúnmente con la Acihuatl.
Y sus pueblos se denominaban según el lugar que les ocupaban en este ámbito: Donde nace la laguna(Almoloya); A la orilla del agua(Atenco); Cerro en el tular (Tultepec); Cerro de los Magueyes (Metepec).
El resto de su cuerpo era mutable: tomaba la forma de una gruesa serpiente acuática, si su ánimo era fiero; un pez, cuando apetecía nadar por las lagunas y colmar las redes de los pescadores a quienes atraía con su canto; piernas humanas, si deseaba salir del agua e ir a las aldeas, en busca del elegido de su corazón.
Los Matlazincas, hombres de la red confiaban en ella para mantener el equilibrio entre tierra y agua, condición necesaria para que no faltara el alimento.
En náhuatl se decía que era la hechicera de la laguna, madre de los peces, Atl-tonan Chane,[1] a quien después llamaron Tlanchana.