Titus
Si bien el escenario básico se encuentra situado en una Roma en decadencia, que ya se ve enfrentando el peligro de los bárbaros del norte, la directora muestra cómo esta situación también atañe a los tiempos presentes, tocando temas como escándalos sexuales, genocidio, racismo, juergas peligrosas de adolescentes, asesinatos, etc.Aunque al principio estas combinaciones de lo actual con lo antiguo pueden descolocar un poco, a medida que la película avanza puede entenderse la propuesta del productor de mostrar los problemas de la actualidad representándolos con estos signos y la excelente calidad de trabajo de sus actores y actrices, ya que es muy difícil interpretar el teatro shakesperiano por la complejidad de los textos, todas las palabras van unidas con las otras con un sentido, el cual se perdería inmediatamente si es que el actor o actriz no sabe qué emociones o sentimientos hay en cada frase; todo se ve perfectamente integrado en la interpretación de sus protagonistas, como Anthony Hopkins, que sufre lo imposible mientras se mantiene firme ante la voluntad de Roma, seguido por Jessica Lange, que muestra claramente su sed de venganza hacia el hombre que mató a sus hijos y a Roma; Harry J. Lenix, que logra que su personaje Aarón tome mayor importancia a medida que la película avanza; se ve claramente cómo lucha por mantener su sangre de moro al pelear por la vida de su hijo, sin importar la discriminación por su origen, lo que conlleva su muerte.En este sentido, la directora sigue la línea de la creación del autor inglés, el cual es también reconocido por su capacidad de dirigir su obra a diversos tipos de públicos, saber presentar conflictos a audiencias más populares y de lecturas «fáciles», así como también a grupos más cultos y que se encuentran más dispuestos a realizar lecturas más «profundas», intelectuales.Esta situación puede observarse, asimismo, en el hecho de que en nuestro país[¿cuál?]este filme llegó a pocas salas y fue rápidamente distribuido en vídeo.