Vinio se convirtió en uno de los hombres más poderosos durante el reinado del emperador Servio Sulpicio Galba.
El escritor dice que cuando Vinio estaba sirviendo en su primera campaña, trajo a la esposa de su comandante al campamento y mantuvo con ella relaciones sexuales en los aposentos del general.
Vinio fue capturado y Calígula le condenó a muerte, aunque pudo salvarse gracias al asesinato del emperador.
Cuando tras la muerte de Nerón, Galba se proclamó emperador en el año 68, Vinio lo acompañó en su marcha hacia Roma.
Lacón e Icelo sin embargo aconsejaron a Galba salir de palacio y mostrarse al pueblo.