El cambio más obvio fue encerrar al Centauro en una gran cofia que protegía la etapa y la carga durante el ascenso.
Esta interfaz debía aislarse para evitar el vaciado de los propelentes criogénicos de Centaur, ya que Titan utilizaba propulsores hipergólicos almacenados a temperatura ambiente, mientras que Atlas utilizaba oxígeno líquido.
El Titán se comportaba normalmente, pero los motores del Centauro no podían arrancar.
La falla se remonta a las bombas de refuerzo Centaur, pero la causa aún no estaba clara, probablemente sea hielo o escombros.
El técnico se había retirado y no pudo informar a su sucesor sobre esto.
El lanzamiento del Voyager 1 casi terminó en fracaso debido al bajo empuje en la segunda etapa de Titán.
Voló por Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, completando el Gran Viaje Planetario.