[3] Según un relato narrado en los Oráculos sibilinos, Titán, Crono y Jápeto reinaban cada uno sobre un tercio de la tierra sin combatir entre ellos por así haberlo jurado a su padre.
Cuando su padre murió, Titán peleó contra Crono por el reinado sobre todos los mortales.
Finalmente Titán consintió que fuera Crono el que obtuviera el trono; pero Titán le impuso la condición de que todos sus hijos varones debían ser exterminados, para que el trono volviera a recaer en los Titánidas.
[1] Por eso, cada vez que Rea paría un hijo varón, los Titánidas lo despedazaban pero permitían que las hembras se criaran junto a su madre.
Cuando se dio cuenta de que algunos de los hijos varones de Crono vivían, Titán reunió a sus sesenta hijos e hizo prisioneros a Crono y a su esposa Rea.