Tierra parda

Tierra parda es una de las últimas obras firmadas y fechadas por el pintor y escultor español Guillermo Silveira (1922-1987).

Está pintada al óleo sobre lienzo y sus dimensiones son de 92 x 73 cm, es decir, las de un «30 figura».

Artísticamente el estudio de la obra descubre la consecución de un cierto «estilo propio»,[5]​ «sin tributos ni adjetivas subsidiaridades»,[6]​ «por la vía de un formalismo al tiempo monumental e ingenuo»,[7]​ que ya no encaja con el expresionismo subjetivo ni la neofiguración de sus primeras épocas.

Cromáticamente predominan los colores terrosos y rojizos contrapuestos a una serie de tonos complementarios (azules, amarillos), dispuestos en grandes planos delimitados mediante profundas incisiones.

Según el profesor Hernández Nieves se trata de un conjunto de «escenas con pocas figuras, próximas al espectador, que recubren toda la composición en un claro horror vacui, con las características cabezas inclinadas y los rostros expresivos, ingenuos y tristes»,[19]​ «cuyas dimensiones exceden casi siempre del metro, al menos en uno de sus lados»,[20]​ de las que se destacan las siguientes:

Campesina , 1977. Tinta y lápiz de color sobre papel, 60 x 45 cm. Col. particular, Badajoz.