Esta novela ha servido para situar al autor en un lugar muy destacado en la historia de la literatura en español y está considerada como elemento clave en la evolución de la literatura española del siglo XX.Tras esa visita, Pedro entra en contacto con los bajos fondos de Madrid, y el Muecas acude a él por su condición de médico, cuando su hija mayor, Florita, se desangra debido a un aborto que su padre ha practicado en casa.El protagonista se encuentra entonces perseguido por la policía, que acaba por detenerle y solo lo libera cuando la madre de Florita defiende su inocencia al afirmar que la chica ya se había desangrado cuando Pedro llegó.Sin embargo, Cartucho, personaje violento que pertenece a las clases más bajas, decide vengar la muerte de Florita, su novia.[nota 1] Esta trama es la base del desarrollo de la novela pero no el único contenido.Martín-Santos presenta mujeres ejerciendo varios roles: madre, esposa, mujer casandera o prostituta.Especial atención ha recibido la relación entre la esposa del Muecas y el arquetipo de la Diosa Madre.Se compone de 63 párrafos-secuencias separados por un espacio sencillo en blanco sin numeración ni título.Utiliza así abundantemente vocabulario científico, cultismos, metáforas y numerosas figuras retóricas clásicas.El lector se ve obligado a dotar al texto de un sentido integral y descubrir las relaciones entre sus elementos tal y como había planteado, por ejemplo, Castellet en "La hora del lector" (1957) al teorizar sobre una posible renovación de la novela.[13][14] Suele citarse como autor que influyó también en el estilo de la obra a Marcel Proust.También está relacionado con la obra de Proust el gusto por los periodos largos en los que aparecen aposiciones, comparaciones o pensamientos del personaje, que llevan aparejada una gran complejidad sintáctica con muchos complementos y oraciones subordinadas encadenadas.Este gusto por lo bajo y lo grotesco se acerca en ocasiones al tremendismo, como, por ejemplo, en la operación que acaba en la muerte de Florita, la hija del Muecas y las reacciones de dolor posteriores.Así, se evidencia que Martín-Santos buscó voluntariamente modelos clásicos para la composición de su obra.[24] La riqueza léxica, además, no se limita a palabras concretas sino que tiene otras dos dimensiones: Por un lado, la combinación de adjetivos con sustantivos, bien antepuestos o pospuestos, que ofrece significados inéditos; por otro, el empleo de sintagmas completos de procedencia fácilmente delimitable que aparecen aquí degradados y, en definitiva, con un significado diferente al estándar.[25] Pese a que Tiempo de silencio no es una novela particularmente extensa, en ella se encuentran numerosísimas referencias culturales.La misma editorial realizó otra edición en 1965, ya muerto el autor, que recuperaba fragmentos censurados.Resulta, por ello, que las tres ediciones citadas presentan problemas y no permiten acercarse a las intenciones iniciales del autor.Además, muchos rasgos de la obra se han considerado erratas cuando podrían ser, en realidad, anacolutos.Esto hace referencia a que en el pasado, en España este libro era una lectura obligatoria en los institutos.