Fueron principalmente las culturas orientales las que desarrollaron la filosofía del tiempo cíclico.
El tiempo cíclico no es un producto del intelecto humano, como si lo es la idea del tiempo lineal, que aparece con la idea de"progreso" al subordinar la concepción del tiempo a los avances sociales y desarrollo tecnológico, creando la posibilidad de "ir hacia delante" y nunca retornar.
Esto fue una característica permanente en los primeros pueblos; siglos después es cuando aparecería una estructuración mayor; elemento rupturista clave fue el surgimiento de la agricultura y el misticismo.
El Universo indígena es una red viva por la que circula en todo momento la energía, y la información bajo un orden autorregulado por la propia naturaleza de las cosas.
[1] En el antiguo Egipto no se percibía el tiempo como una magnitud ordenada que transcurriera hacia el futuro, sino como un fenómeno dotado de dos aspectos: la repetición cíclica y la duración eterna (el «neheh» y la «djet»).