Destruida la escuadrilla, el Hiena se convirtió en la única nave capaz de oponerse a la escuadra realista y Taylor fue puesto al frente de la escasa fuerza del río: el Hiena y los escasos lanchones artillados del puerto.
El comandante Taylor se encontraba ausente por lo que la defensa quedó al mando de Bouchard.
El primer ataque realista fue enfrentado con un único lanchón, cuyo cañón salió rápidamente de servicio.
Iniciado sin intimación previa, consiguió impactar en varios puntos de la ciudad pero sin mayores consecuencias.
[2] Primo de Rivera pudo dar ancla sin oposición frente al muelle.
Sin mediar parlamento o intimación alguna abrió fuego a bala rasa sobre las baterías, el queche Hiena al mando de Tomás Taylor y una cañonera patriota.
[4] Taylor tenía en gran consideración a Carrera, en razón de los elogios que les hacía el cónsul Poinsett, por lo que aceptó la comisión y se ofreció para servirle de padrino en el duelo, el que finalmente se llevó a cabo y resultó en la muerte de Mackenna.
Así, aprovechando la circunstancia favorable, Taylor, al mando del queche Hiena, la principal nave de la exígua flota revolucionaria, fue enviado apenas fue posible a Carmen de Patagones.
Al amanecer del día 23 de mayo las fuerzas realistas se emboscaron en los médanos cercanos a la playa mientras que Liaño, Fernández y otros tres hombres se acercaron a la playa con una carretilla cargada de provisiones.
Domingo Fernández fue ascendido a capitán de dragones y designado a cargo de la comandancia mientras que el resto de los líderes sublevados, conduciendo prisioneros al comandante Sancho, al ministro Quesada, al capellán patriota José Acosta, al capitán Taylor y la oficialidad y tripulación que no se les había sumado, partieron en el Hiena a Montevideo, donde arribaron el 13 de junio y fueron recibidos con extraordinario entusiasmo.
Finalizada la campaña y desarmada por razones económicas la escuadra, la Céfiro fue puesta a remate pero no hubo interesados.
[7] La tripulación recibió su salario hasta el 15 de noviembre y en diciembre pasó a reparaciones en Barracas.
Capturó la fragata mercante Nuestra Señora de Monserrat a la altura de Cabo Frío, en la costa del Brasil, y la goleta negrera Divina Pastora.
Grennolds recorrió las costas de Cádiz hostigando el comercio español.
Petion accedió al requerimiento e hizo desagraviar el pabellón.