Al año siguiente, Harlan publicó su primera obra de teatro Bluma y viajó a la Unión Soviética.
Fue coautor del guion de una película con su padre, pero el proyecto fue distorsionado y fracasó.
En 1958 estrenó su segunda obra, Yo solo y ningún ángel, la primera pieza teatral antinazi del mundo, con el protagónico de la actriz argentina Cipe Lincovsky.
Harlan interrumpió su trabajo en Varsovia en 1964, y nunca se materializó el libro planificado con Feltrinelli sobre criminales de guerra alemanes.
En Portugal tomó parte en la "revolución de los claveles" y trabajó en varios proyectos cinematográficos.