Enamorado del oval desde los once años, Titi, no pudo dedicarse al rugby en Camerún.
[2] Tras pasar un tiempo en la ciudad autónoma aprendiendo castellano, viajó hasta Málaga y allí, cogió un autobús con destino a Miraflores de la Sierra, en Madrid, donde fue acogido por la ONG "Movimiento por la Paz".
[3] Sus primeros partidos en España fueron con el Atlético Custodians Madrid RL, un equipo formado por miembros de la Policía Nacional, cuerpo que le ayudó a jugar con ellos.
Más tarde pasó al "Madrid Barbarians" de la primera regional madrileña, conjunto prácticamente copado por extranjeros en su misma situación y seguido, al CR Majadahonda.
Allí, José Ignacio Inchausti, exseleccionador de seven, le vio jugar y rápidamente lo incluyó en el filial del Sanitas Alcobendas hasta que se ganó un puesto en el primer equipo.