The Twelve Chairs

Poco después en la ciudad de Stargorod, donde Vorobyaninov solía vivir, un artista, Ostap Bender (Frank Langella), conoce a Ippolit y le manipula para que le acepte como socio en su búsqueda.

Las sillas, junto con toda la propiedad privada, habían sido expropiadas por el Estado después de la Revolución rusa.

Vorobyaninov y Bender encuentran que las sillas han sido vendidas individualmente.

Por tanto, su búsqueda les llevará a viajar por diferentes lugares de la Rusia soviética, transformando la película en una sátira contra el Comunismo.

[1]​ Langella ganó el premio NBR (Tablero Nacional de Revisión) a mejor Actor Secundario.