Algunos años después del enfrentamiento en Chimney Rock Lucifer libera al arcángel Gabriel razonando que tener a otro ángel caído en el infierno es un riesgo para su reinado.
Siguiendo el consejo de Danyael, Valerie busca refugio en una iglesia; allí se encuentra con Gabriel, quien intenta hacerla salir del recinto para matarla, debido a que incluso para los caídos es impensable mancillar un sitio que ha sido consagrado a Dios; pero su plan es frustrado por la llegada de la policía, por lo que el ángel debe huir con la ayuda de Izzy.
Miguel explica que originalmente su plan era permitirle criar al niño y reclamarlo en algún momento durante su niñez, cuando su presencia fuera inevitablemente necesaria, pero ahora, con Gabriel tras su pista, pide a Valerie que lo entregue al momento de nacer.
Valerie y Gabriel finalmente se encuentran en lo alto de las instalaciones; allí la joven logra sacudir la fe del arcángel en su propia causa al hacerle entender que Dios nunca ha dejado de hablar con él, pero es Gabriel quien rechaza oírlo; tras esto se sujeta al ángel y se arroja con él al vacío confiando en Dios; como consecuencia, Gabriel es empalado por una barra de hierro mientras que Valerie resulta ilesa.
Miguel reconoce este resultado como la voluntad de Dios y retira a Gabriel su nombre, convirtiéndolo con ello en un humano.