Por ello, Armin abandona Springfield, si bien más tarde lo convencen para que regrese a su vida anterior.
Ken Keeler se encargó de guionizar el episodio, mientras que Steven Dean Moore corrió a cargo de la dirección y Martin Sheen fue invitado a poner la voz al verdadero Skinner.
Aunque se emitió durante la novena temporada, en realidad era un remanente de la octava.
Por ello, el director admite ser un impostor y que su verdadero nombre es Armin Tamzarian —Armando Barreda en Hispanoamérica—.
Sin embargo, Seymour desaparece y es dado por muerto, por lo que Armin lleva la noticia de la aparente defunción a su madre, Agnes.
La familia Simpson se dirige a Ciudad Capital con Edna y Agnes para encontrarlo en su apartamento.
[5] Sin embargo, Keeler ha dicho que se inspiró en el Caso Tichborne de la Inglaterra del siglo XIX.
[2] Los productores Bill Oakley y Josh Weinstein estaban entusiasmados porque el director Skinner es uno de sus personajes favoritos.
La pareja ya había escrito el capítulo de la quinta temporada «Sweet Seymour Skinner's Baadasssss Song», que era un estudio en profundidad del personaje.
[12] Fue el segundo programa con más audiencia de la cadena Fox esa semana, tras King of the Hill.
[17] En un artículo publicado en febrero de 2006 en The Star-Ledger, Alan Sepinwall y Matt Zoller Seitz lo citan al afirmar que su calidad «se vuelve mucho más irregular» en la novena temporada.
[19] Jon Hein, que acuñó el término «saltar el tiburón» para referirse a los cambios negativos en las series de televisión, escribe en Jump the Shark: TV Edition: «Por fin vimos una aleta al principio de la novena temporada, cuando se reveló que la verdadera identidad del director Skinner era Armin Tamzarian».
[20] James Greene de Nerve.com lo puso en quinto lugar en su lista «Diez veces que Los Simpson saltaron el tiburón», calificándolo de «meta-comedia sin sentido» y argumentando que «parecía traicionar la realidad del propio programa».
Y, bueno, sí, nosotros como espectadores queríamos que las cosas volvieran a la normalidad una vez terminado, pero... esto era simplemente despiadado».
Están cogiendo algo en lo que el público ha invertido ocho o nueve años y tirándolo a la basura sin ninguna razón, por una historia que ya hemos hecho antes con otros personajes.
Y añaden que «Martin Sheen se roba el show... en un breve pero importante trozo de la historia».
[27] Ken Keeler, Bill Oakley y Josh Weinstein lo defienden en su comentario de DVD.