[1] Este término fue introducido por los fanáticos de los mundos ficticios, conocido en situaciones donde algunas historias son desarrolladas siguiendo una línea cronológica definida establecida por el autor, mientras otras se saltan la línea argumental principal, para experimentar con los personajes y ponerlos en situaciones que no se desarrollarían en la realidad de la historia.
El término es utilizado entonces para diferenciar ambas situaciones: 'canónico' es aquello que se adecua a la lógica y coherencia interna del universo de ficción establecido por el autor de la obra, mientras que lo que no es canónico resulta en todo material no creado por el autor, generalmente resultando una contradicción de dicha coherencia o cualquier material distinto a la ya que no se lo considera parte de la misma.
No debe confundirse con el término «oficial», pues este se utiliza cuando algún producto que debe comercializarse necesita la autorización del autor, en este término se pueden incluir derivados del producto original como, novelas, novelas ligeras, animes, remakes, videojuegos entre otros.
[4] Proviene del griego que significa «vara para medir» y fue introducido por el discurso religioso: el Canon bíblico.
Con el tiempo el término canónico empezó a utilizarse para señalar los textos sagrados que los creyentes debían leer.