Actualmente se utiliza gasolina sin plomo que usa otros elementos no contaminantes como antidetonante.
Al quemarse el hilo se liberaba el plomo y producía acumulación de metal dentro del motor.
Para evitarlo se añadía otro aditivo de bromo o cloro que lo eliminaba hacia la atmósfera.
A partir de 1993 todos los vehículos nuevos funcionaban obligatoriamente con gasolina sin plomo.
Dos aditivos más modernos usados en combustibles alternativos son el ferroceno y tricarbonilo metilciclopentadienil manganeso.
La acción tóxica o saturnismo de este compuesto sobre el organismo es evidente por sus efectos a dos niveles: corazón y sistema nervioso central.
Produce respectivamente un aumento de la sensibilidad del miocardio a la adrenalina y un efecto anestésico.