Se reportaron ruidos subterráneos y una sensación general de inquietud en la mañana del martes 18[7].
Muchos sobrevivientes inicialmente no pudieron reconocerse entre sí debido al polvo y la desfiguración causada por el terror.
Se reportaron robos a las cajas de hierro donde los residentes guardaban su dinero, exacerbando el caos.
Esta situación duró varios días hasta la llegada de nuevas fuerzas militares para restablecer el orden[7].
El sismo generó agrietamientos profundos en el suelo en Cúcuta y sus alrededores, e incluso en poblaciones venezolanas cercanas.
Aunque algunas fuentes exageran el número hasta 3.000 víctimas, el conteo más fidedigno indica que en Cúcuta se recuperaron 461 cuerpos, siendo 253 hombres y 208 mujeres[10].
Otras fuentes, incluida la infografía del SGC, estiman el número de fallecidos entre 800 y 1.500 solo en Cúcuta[11][6].
Según la infografía del SGC, el desastre no solo devastó estructuralmente a Cúcuta, sino que también afectó significativamente su desarrollo económico y comercial.
Sin embargo, este evento también ofreció una oportunidad para la modernización y el crecimiento urbano de la ciudad[15][6].