Termolábil

Por ejemplo, ciertas exotoxinas bacterianas son termolábiles y pueden inactivarse con facilidad por la aplicación moderada de calor.

Las enzimas también son termolábiles y pierden su actividad cuando aumenta la temperatura.

Las enzimas termolábiles también se estudian para sus aplicaciones en las técnicas replicación de ADN, como la PCR, mientras las enzimas termoestables son necesarias para la replicación adecuada del ADN.

La función enzimática a temperaturas más elevadas se puede mejorar con trehalosa, lo que abre la posibilidad de utilizar enzimas normalmente termolábiles en la replicación del ADN.

La palabra termolábil está compuesta por el prefijo termo- y lábil.