La firma, «teresa dieç me fecit», se encuentra en el único fragmento conservado de un monumental San Cristóbal y sobre un escudo de armas que no ha podido ser identificado.
[1] Ocultas tras la sillería del coro y bajo la cal, las pinturas fueron descubiertas casualmente en 1955.
[4] De estilo gótico-lineal o franco-gótico y enmarcados en cenefas al modo de tapices,[5] los murales comprenden un ciclo evangélico, del que solo restan íntegras las escenas correspondientes a la Epifanía, el Bautismo de Cristo y la Aparición de Cristo a la Magdalena ('Noli me tangere'),[6] la historia de santa Catalina de Alejandría en veintiún compartimentos diversamente conservados,[7] un ciclo dedicado a Juan el Bautista, formado por diez compartimentos, y algunos otros pequeños fragmentos.
[8] La reconstrucción del monasterio impulsada por María de Molina y concluida alrededor de 1316, ha permitido datar estos murales en fecha poco posterior.
[9] De Teresa Díez no se ha encontrado ninguna otra noticia documental.